La locomotora minera que ha
causado devastación en los territorios y afectaciones a la salud de las
comunidades y trabajadores, también afectó a los territorios de los grupos
étnicos y a las zonas más afectadas por el conflicto armado, el despojo de tierras
y el desplazamiento forzado.
Tal es el caso de la región del Bajo Atrato. Según me informa la Agencia
Nacional de Minería, en los municipios de Ríosucio y Carmen del Darién en Chocó
y Dabeiba en Antioquia, existen 68 títulos mineros, principalmente de oro,
cobre, molibdeno y plata. El área titulada para minería en estos tres
municipios es de 163.246 hectáreas. Algunos de esos títulos se encuentran a
nombre de multinacionales de la minería, como la Anglogold Ashanti, que tiene
21 títulos a nombre propio y otros tantos a nombre de empresas fachada, como la
Sociedad Exploraciones Northern Colombia. La Anglogold es la misma
multinacional que ha asediado otras regiones del país como Cajamarca, en el
Tolima, en donde una vigorosa movilización ciudadana que participó en la
Consulta Pupular le dijeron NO a la mina de la Colosa, que pondría en peligro
el agua y la producción campesina de alimentos en la región.
En el Bajo Atrato, otro
hecho llamativo es la reiterada superposición de títulos mineros con territorios
colectivos, tanto en resguardos indígenas como en Territorios Colectivos de las
Comunidades Negras. En los municipios mencionados existen 56.665 hectáreas
tituladas para minería en los territorios de Afros e Indígenas. Algunos de
estos títulos han sido obstáculos para la restitución de tierras, como ha
denunciado el Portal Verdad Abierta.
El Bajo Atrato chocoano ha
sido escenario de cruentas disputas por el territorio, entre diferentes grupos
armados y narcotraficantes, los cuales han instaurado en la región una economía
basada en la ganadería extensiva, el banano, la palma de aceite y también la
minería, a costa de la violación de los derechos humanos de las comunidades
campesinas y étnicas.
Aquí la Constancia:


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